El inglés valiente que alcanzó la gloria
El teniente
coronel británico luchó en la Guerra de la Independencia hace 200 años y,
debido a una fiebre muy alta, murió y fue enterrado en un cruce de caminos de
Alcalá de Guadaíra que, por ese motivo, es conocido como la Cruz del Inglés.
La Historia
está repleta de capítulos apasionantes que vertebran el devenir del ser humano,
haciendo más humana la frialdad de los números y de las cronologías. Es el caso
de John Scrope Colquitt, un soldado británico que dio su vida por la libertad
del Sur de España en la Guerra de la Independencia (1812) y cayó con el último
hálito vital en Sevilla dejando esposa e hijos y siendo trasladado para su
sepelio a Alcalá de Guadaíra, lugar donde se encontraba el batallón británico.
Allí se enterró al guerrero, cuya lápida se conserva actualmente en el
Ayuntamiento por gentileza de la Asociación San Jorge.
Se han hecho muchas investigaciones sobre la vida de J. S. Colquitt, nacido en la ciudad inglesa de Liverpool. El 5 de marzo de 1811 participaba ya con su regimiento en la Batalla de la Barrosa, en la que resultó gravemente herido. Ya en septiembre de 1812, las columnas inglesas recibieron la orden de marchar a Alcalá para tomar control de la villa abandonada por los franceses y así restablecer el suministro del pan de la capital. El día 5 de septiembre de 1812, el teniente coronel de infantería John Scrope Colquitt fallecía a consecuencia de unas fiebres muy altas. Fue enterrado en campo abierto, entre salvas y oraciones en inglés, bajo una cruz que existía a la entrada del pueblo. Posteriormente, se encargaría la lápida, cuyo epitafio en inglés sería, más o menos, el mismo texto del parte de bajas.
Aquella lápida bilingüe y el recuerdo de su funeral ayudaron a fijar en la memoria colectiva de los alcalareños de hace 200 años la unión del oficial extranjero con el lugar de su sepultura. De esta forma, entre los topónimos más característicos del callejero de Alcalá de Guadaíra se encuentra la conocida como Cruz del Inglés, un antiguo cruce de caminos situado en sus orígenes a las puertas de la población, que fue incorporándose al tejido de la ciudad a lo largo del siglo pasado hasta convertirse en un nudo de primer orden dentro del viario urbano. La pervivencia del nombre deja de ser enigmática gracias a las investigaciones de Leandro José de Flores, que llegó a publicar en su obra la transcripción de la lápida sepulcral que hubo en su día a los pies de una cruz que se erigía en el lugar y que pertenecía al teniente coronel J. S. Colquitt.
Esta reliquia se puede ver actualmente y hasta el próximo 23 de septiembre en la exposición con la que estos días se completan las XI Jornadas Locales de Patrimonio, que se dedican al papel de Alcalá de Guadaíra en el año de la Constitución de 1812.
La lápida tiene unas proporciones de 170x87x17 centímetros y, en ella, se inserta una inscripción en inglés y español y que dice textualmente: "A la memoria del caballero Juan Scroope Colquitt, teniente coronel del primer regimiento de guardias reales e infantería de su majestad británica, que murió en Sevilla el 5 de septiembre de 1812 a los 37 años de edad, de resultas de una calentura que le ocasionaron la excesiva fatiga en la marcha sobre Sevilla y los muchos esfuerzos que hizo cuando se halló mandando bizarramente su batallón en el ataque del puente de Triana el 27 de agosto de 1812". El presidente de la Asociación de la Cruz del Inglés 2012, Antonio García, reconoce que su objetivo era "reconstruir un elemento patrimonial en la ubicación original". "Hemos difundido el hecho histórico, ya que jóvenes y mayores tenían lagunas sobre la historia", concluyó.
El reciente homenaje propició la inauguración de un monumento situado en la Cruz del Inglés, diseñado y firmado por Francisco José López, arquitecto técnico local y miembro fundador de la asociación. La altura total del monumento supera los tres metros. A los pies de la cruz lleva dos inscripciones, a un lado la reproducción de la lápida original y, al otro, una dedicatoria conmemorativa del acto en sí. Los familiares de J. S. Colquitt pudieron así dejar su ofrenda floral en el lugar donde, hace ahora casi 200 años, fue enterrado el soldado británico, al que recordaron de forma emotiva con dos toques de trompeta y unos minutos de silencio. "Estamos muy emocionados, porque conocíamos bien la historia de nuestro antepasado. Sólo tenemos palabras de agradecimiento hacia Alcalá de Guadaíra por este homenaje", puso de relieve Pamela Colquitt, prima hermana de sexta generación del mítico militar. Los alcalareños ya saben a ciencia cierta que en la tierra del pan se encumbró a un soldado hambriento de gloria.
Se han hecho muchas investigaciones sobre la vida de J. S. Colquitt, nacido en la ciudad inglesa de Liverpool. El 5 de marzo de 1811 participaba ya con su regimiento en la Batalla de la Barrosa, en la que resultó gravemente herido. Ya en septiembre de 1812, las columnas inglesas recibieron la orden de marchar a Alcalá para tomar control de la villa abandonada por los franceses y así restablecer el suministro del pan de la capital. El día 5 de septiembre de 1812, el teniente coronel de infantería John Scrope Colquitt fallecía a consecuencia de unas fiebres muy altas. Fue enterrado en campo abierto, entre salvas y oraciones en inglés, bajo una cruz que existía a la entrada del pueblo. Posteriormente, se encargaría la lápida, cuyo epitafio en inglés sería, más o menos, el mismo texto del parte de bajas.
Aquella lápida bilingüe y el recuerdo de su funeral ayudaron a fijar en la memoria colectiva de los alcalareños de hace 200 años la unión del oficial extranjero con el lugar de su sepultura. De esta forma, entre los topónimos más característicos del callejero de Alcalá de Guadaíra se encuentra la conocida como Cruz del Inglés, un antiguo cruce de caminos situado en sus orígenes a las puertas de la población, que fue incorporándose al tejido de la ciudad a lo largo del siglo pasado hasta convertirse en un nudo de primer orden dentro del viario urbano. La pervivencia del nombre deja de ser enigmática gracias a las investigaciones de Leandro José de Flores, que llegó a publicar en su obra la transcripción de la lápida sepulcral que hubo en su día a los pies de una cruz que se erigía en el lugar y que pertenecía al teniente coronel J. S. Colquitt.
Esta reliquia se puede ver actualmente y hasta el próximo 23 de septiembre en la exposición con la que estos días se completan las XI Jornadas Locales de Patrimonio, que se dedican al papel de Alcalá de Guadaíra en el año de la Constitución de 1812.
La lápida tiene unas proporciones de 170x87x17 centímetros y, en ella, se inserta una inscripción en inglés y español y que dice textualmente: "A la memoria del caballero Juan Scroope Colquitt, teniente coronel del primer regimiento de guardias reales e infantería de su majestad británica, que murió en Sevilla el 5 de septiembre de 1812 a los 37 años de edad, de resultas de una calentura que le ocasionaron la excesiva fatiga en la marcha sobre Sevilla y los muchos esfuerzos que hizo cuando se halló mandando bizarramente su batallón en el ataque del puente de Triana el 27 de agosto de 1812". El presidente de la Asociación de la Cruz del Inglés 2012, Antonio García, reconoce que su objetivo era "reconstruir un elemento patrimonial en la ubicación original". "Hemos difundido el hecho histórico, ya que jóvenes y mayores tenían lagunas sobre la historia", concluyó.
El reciente homenaje propició la inauguración de un monumento situado en la Cruz del Inglés, diseñado y firmado por Francisco José López, arquitecto técnico local y miembro fundador de la asociación. La altura total del monumento supera los tres metros. A los pies de la cruz lleva dos inscripciones, a un lado la reproducción de la lápida original y, al otro, una dedicatoria conmemorativa del acto en sí. Los familiares de J. S. Colquitt pudieron así dejar su ofrenda floral en el lugar donde, hace ahora casi 200 años, fue enterrado el soldado británico, al que recordaron de forma emotiva con dos toques de trompeta y unos minutos de silencio. "Estamos muy emocionados, porque conocíamos bien la historia de nuestro antepasado. Sólo tenemos palabras de agradecimiento hacia Alcalá de Guadaíra por este homenaje", puso de relieve Pamela Colquitt, prima hermana de sexta generación del mítico militar. Los alcalareños ya saben a ciencia cierta que en la tierra del pan se encumbró a un soldado hambriento de gloria.
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